París bien vale una misa

Vista desde el Arco del Triunfo Eso es lo que se suele decir, pero yo iría más lejos. Paris bien vale una misa, diez comidas, veinte cafés, cincuenta paseos y simplemente la satisfacción de deambular por sus calles descubriendo cada rincón. Comer un croissant, un crêpe o andar descalza por los jardines de las Tullerías después de haberte dado la paliza de ver el Louvre. Me encanta París y no solo lo más turístico como puede ser la Torre Eiffel y sus alrededores, el Museo de Louvre, el de Pompidou, el d’Orsay con su precioso reloj dorado, la Opera, la Concergerie o el Palacio de Versalles. Aunque de todos los lugares turísticos si tuvierais que encontrarme en uno sin lugar a dudas sería en la Sainte-Chapelle, ese lugar tiene algo mágico para mí, algo que desde la primera vez que lo vi hace ya muchos años me atrapó. Por fuera es un edificio gótico de una única nave con dos capillas superpuestas, la de debajo de techos bajos con un montón de columnas que soportan el pes...