La búsqueda de una sonrisa

Me encontré con tu sonrisa una mañana de sábado. Allí estaba entre fotos amontonadas de vacaciones dispersas. Era como si hubiera estado esperando a que la descubriera. Me detuve, atrapada en un mar de recuerdos. Éramos jóvenes, sin preocupaciones, y la distancia entre Ámsterdam y el Mediterráneo parecía no importar. Siempre encontrábamos la manera de acortarla, ya fuera en un fin de semana largo o en unas vacaciones planeadas al detalle. ¿Por qué lo dejamos? Ni siquiera lo recuerdo con claridad. Tal vez fue esa misma distancia que al final terminó por desgastarnos. Pero ahí estaba yo, con tu sonrisa clavada en mi mente y mi vieja compañera, la curiosidad, susurrándome al oído: "Búscalo". Y así lo hice. Me lancé a la odisea digital, convencida de que las redes sociales harían su magia. Sin embargo, no fue tan sencillo como imaginaba. Encontré a varios hombres con tu nombre, pero ninguno eras tú. Mi terquedad maña no conoce límites. Finalmente di con alguien que te conocía, ...