Hechizo de unión
En una noche mágica, bajo el resplandor hipnótico de la luna llena, la hechicera pronunció las palabras antiguas con voz suave y melodiosa. Deslizó sus manos sobre los ingredientes de su caldero. El humo perfumado se elevaba en espirales misteriosas mientras conjuraba un antiguo hechizo de unión. La intención de la hechicera era clara: unir a dos almas destinadas a encontrarse en un vínculo irrompible. Aunque lo que la hechicera no sabía, es que el amor verdadero no podía ser manipulado por la magia, y que, en última instancia, la libertad y la elección de cada individuo prevalecerían…
A medida que los días pasaban, el efecto del hechizo comenzó a manifestarse. Los dos individuos, sin saberlo, sentían una conexión inexplicable que los atraía inexorablemente el uno hacia el otro. Sin embargo, conforme su amor crecía, también lo hacía una sensación de inquietud en sus corazones.
Decidieron buscar respuestas. Emprendieron un viaje hacia lo más profundo del bosque, donde sabían que vivía una hechicera, quizás ella podría ayudarles. Decidieron emprender un viaje hacia lo más profundo del bosque, un reino de misterios ocultos, donde sabían que moraba una hechicera sabia y antigua. Quizás ella podría desvelar el enigma que amenazaba su amor.
Al llegar, fueron recibidos por la anciana hechicera, cuyos ojos reflejaban sabiduría y comprensión. Con voz pausada, les habló de la magia del amor verdadero y de la importancia de la libre elección en el camino hacia la felicidad. Una sonrisa sabia se dibujó en sus labios mientras les revelaba que ella, a petición de una amiga en común de ambos, había intervenido para entrelazar sus destinos, anhelando que su amor floreciera y se fortaleciera por sí mismo
Entonces, extendiendo sus manos, la hechicera pronunció un último conjuro. Esta vez, no era para amarrarlos, sino para liberarlos. Una luz brillante envolvió a la pareja, disipando cualquier rastro de magia que pudiera haberlos unido. Ahora, quedaba en ellos decidir si su amor era lo suficientemente fuerte y real como para permanecer unidos, sin necesidad de hechizos o encantamientos.
Con el peso de la magia levantado de sus hombros, los dos enamorados se miraron a los ojos y supieron que debían confiar en sus corazones y en la conexión que habían encontrado.
Con el paso de los días profundizaron en la búsqueda de respuestas y descubrieron algo sorprendente: sus corazones ya se habían elegido mucho antes de que cualquier conjuro se llevara a cabo. Recordaron momentos en los que sus almas se habían encontrado en distintas situaciones, atrayéndose mutuamente una y otra vez a lo largo del tiempo.
Con esta revelación, se dieron cuenta de que el conjuro de la hechicera no había sido más que un reflejo externo de la conexión profunda que ya existía entre ellos. Comprendieron que no necesitaban a nadie más para confirmar su amor, ya que sus almas se conocían desde siempre y estaban destinadas a estar juntas.
Así, los dos amantes vivieron felices y en paz, sabiendo que no importaba el pasado o el futuro, porque su amor trascendía cualquier conjuro y se encontraba arraigado en la eternidad misma.
S.G-SoniaGama65
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