Palabras ocultas tras un abrazo





¿Por qué le resultaba tan difícil decirle lo que sentía?


Era obvio que cuando lo miraba sus mejillas se encendían, el pulso se le aceleraba y su mirada quedaba hipnotizada ante su presencia.


Llevaban meses quedando con cualquier excusa, un encuentro fortuito a la salida de la oficina era suficiente para saludarle, para sonreírle. 


¿Se daría cuenta que a él le sonreía de manera diferente que al resto, qué para él nunca estaba lo suficientemente ocupada como para decirle “espera un momento”?


¿Por qué le resultaba tan difícil?


Cuando coincidían en algún lugar o participaban en la misma reunión le había sorprendido mirándola ¿eso tenía que significar algo, no?


Pero ese abrazo que le brindó cuando después de las vacaciones de Navidad se volvieron a ver.

Ese abrazo era algo más, por lo menos para ella, en ese abrazo le había dicho “te he echado en falta estas fiestas, me alegro de verte”


Sí, ese abrazo duró algo más que con el resto, bueno, bien pensado al resto no lo había abrazado. ¿Habría sentido él la misma paz, ese calor de hogar cuando sus cuerpos se juntaron en ese abrazo?


Por qué le resultaba tan difícil decirle: 

“Quiero intentarlo contigo, no puedo dejar de pensar en ti”





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